Menos marcas, menos espacio y mucha más crisis. Esa es la diferenca entre el Salón del Automóvil de Barcelona de este año y la edición anterior de 2011. Esta edición contará con grandes ausencias, incluidas las de marcas con fábricas en España,e importantes presencias que permitirán a Fira de Barcelona salvar un salón seriamente amenazado y, de rebote, asestar un golpe mortal a su competidor de Madrid. Con este post inciamos una serie que publicaremos durante esta semana en relación con la muestra de Barcelona.
Las 22 marcas que tendrán estand en el recinto ferial de Montjuïc son, en realidad, 22 milagros de compañías multinacionales y sus filiales españolas o bien de grupos distribuidores que han decidido seguir apostando por un evento que aspira a jugar en la primera división pero que este año corría el peligro de bajar a segunda B.
El grupo italiano Fiat tendrá una presencia limitada con dos de sus satélites, Lancia, que acude con los nuevos modelos basados en los de la adquirida Chrysler, y Jeep. Otros grupos presentes en Barcelona serán los del indio Ratan Tata, propietario de Jaguar y Land Rover; Daimler con Mercedes y Smart; y el coreano Hyundai-Kia, otro ganador en España.
El grupo de 22 marcas con presencia en Barcelona se completa en muchos casos con la representación a través de redes de concesionarios locales, de un grupo de lujo formado por Ferrari, Maserati, Bentley y Aston Martin, así como de Peugeot (desgajada del grupo PSA Peugeot-Citroën), Mazda, Volvo y Honda.
La incómoda posición de Ford
Entre las ausencias destaca la de Ford, cuyo presidente en España, José Manuel Machado, ha sufrido unas semanas de infierno intentando negociar con sus superiores en Europa una fórmula para ir al salón con un estand más barato, una posibilidad que fue rechazada. La consecuencia es que Machado tendrá que asumir un incómodo papel durante la inauguración en calidad de presidente de la Asociación de Fabricantes (Anfac) pero sin estand de su marca.
Otras marcas son repetidoras en su ausencia en Barcelona, como Citroën y Opel, ambas con fábricas en España pero que han tenido que reducir sus inversiones en márketing al nivel paupérrimo de las ventas en España. Y finalmente hay otras marcas que no creen en la utilidad del coste/beneficio de un salón en el que se pueden gastar alrededor de medio millón de euros o incluso más. Ese puede ser el caso de Toyota y BMW.
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