El Salón Internacional del Automóvil de Ginebra se ha convertido en un alarde de la apuesta de los fabricantes por la movilidad del futuro. Coches más eficientes, inteligentes, conectados, ecológicos, autónomos...pero con chicas posando junto a ellos. ¿Hasta cuándo se mantendrá esa costumbre tan rancia, machista y trasnochada?
Los salones del automóvil son un gran anuncio y un gran estudio de fotos que compiten por aparecer en las portadas de las revistas del automóvil. El objetivo final, está claro, es aumentar las ventas y los beneficios de las marcas de automoción. Las mismas marcas que han acuñado la estrecha relación entre la exhibición de coches y de mujeres como un cliché recurrente. Esas imágenes se han podido ver de nuevo en el Salón de Ginebra en los stands de varias marcas de renombre.
Es cierto que en los últimos años se ha reducido la exhibición de modelos floreros junto a los vehículos y las jóvenes aparecen con más vestimenta, la costumbre continúa y no se acaba de erradicar. No tengo nada en contra de las modelos que viven de su trabajo totalmente profesional que demuestran con una inmensa paciencia posando junto a un deportivo, pero su presencia junto a los coches es cada vez más inexplicable cuando las marcas quieren conectar con los jóvenes y dar una imagen más moderna y actualizada para no perder ese segmento de clientes. Ese propósito de empresa al día y socialmente responsable no es compatible con mujeres objeto que adornan sus productos.
Hay múltiples alternativas a esa rancia costumbre como demuestran ya algunos fabricantes que han descartado la exhibición de chicas junto a sus coches.
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