Las paredes de algunas ciudades tienen muy buenos ejemplos de coches fantásticos pintados por artistas del grafiti que han creado su propio universo del 'tunning'. Este fenómeno del arte urbano no podía prescindir de los coches, unos elementos que forman parte del paisaje de las ciudades. Pero aparecen con una visión fantástica, con coches voladores, con estética de cómic y una explosión de colores.
En los últimos días me he encontrado con algunas muestras de ese arte callejero que saluda al vecino y al turista. Pinturas en paredes medianeras de gran tamaño que han quedado al descubierto por reformas en el trazado urbano y que los ayuntamientos inteligentes han habilitado como territorio artístico.
En ocasiones esa misma estética grafitera, colorista e imbuida por el universo del cómic también se aprecia en algunos coches fantásticos que circulan sobre el asfalto y no solo en los muros de las ciudades. Son creaciones de artistas sin prejuicios y sin apriorismos de marketing como los que tienen las marcas de automóviles, incapaces de crear nada que no tenga un beneficio económico. Sus coches tuneados son en muchos casos versiones con el nombre de diseñadores famosos pero muy apocadas en comparación con la creatividad sin límite de los grafiteros.
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