Si me dedicara al negocio de las gasolineras, me gustaría tener una estación de servicio justo en la frontera entre dos países. Es un chollo.
Cuenta con las ventajas genéricas de un negocio inelástico en términos económicos, es decir, que tiene una demanda de clientes bastante estable a pesar de los ciclos de la economía. Pero además, las gasolineras fronterizas tienen una demanda cautiva siempre que vendan la gasolina más barata que la más próxima del país vecino.
Todos hemos apurado en alguna ocasión el depósito de carburante de nuestro vehículo para llenarlo al entrar o salir del país con la gasolina más barata. Las diferencias son en muchos casos notables, de unos 20 céntimos por litro, con lo que es posible ahorrar hasta unos 10 eurillos por repostar.
Eso es lo que sucede, por ejemplo, conblas gasolineras de Andorra o con las de la frontera España con Portugal. Los menores impuestos hacen que el litro de gasóleo cueste en Salamanca 17 céntimos menos que en la gasolinera portuguesa situada al otro lado de la frontera.
"El 90% de nuestros clientes son portugueses", afirma el empleado de una gasolinera Cepsa de Fuentes de Oñoro que es un desfile constante de coches con matrícula portuguesa, francesa y española. Algo silimar sucede con las gsolineras de La Jonquera, a las que van con regularidas los clientes franceses para huir de las clavadas en su país. ¡Viva Shengen y las gasolineras chollo!
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