Las nuevas Cazafantasmas crearon una startup que empezó de forma modesta: sin local, sin coche y sin estructura. En esa primera fase, las cuatro protagonistas de Ghostbusters atienden a sus clientes a domicilio viajando en taxi. No en los clásicos taxis de Nueva York, sino en el nuevo y polémico modelo NV200 de Nissan. Con este cameo, la marca intenta congraciarse con la ciudad después de una llegada accidentada del taxi de mañana.
Desde septiembre de 2015, el modelo estándard para los taxistas neoyorquinos es el Nissan NV200 adaptado para el transporte público. Después de un largo pleito planteado por algunos taxistas que estaban en contra de la imposición de un único modelo y de las dudas del nuevo alcalde de Nueva York, el taxi de mañana ha llegado a las calles de la Gran Manzana entre recelos y críticas de sus vecinos, según publicaba The New York Times.
En ese contexto, la marca japonesa ha aprovechado la oportunidad del estreno del 'remake' para promocionar la furgoneta pequeña como versión para el taxi y convertirla en parte del paisaje neoyorquino, al menos en las pantallas de cine. El vehículo aparece en varias escenas fugaces en las calles de la ciudad y en un primer plano en una secuencia con las protagonistas.
Se trata del modelo con motor de combustión interna que se fabrica en la planta de Nissan en México, y no de la versión eléctrica que se produce en Barcelona. Una oportunidad desaprovechada para impulsar un vehículo de bandera con el que mejorar su imagen entre los neoyorquinos. Hasta que llegue ese momento, las cazafantasmas se desplazan en un Cadillac Fleetwood reconvertido de coche funébre a Ecto 1.
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