La tendencia a la 'suvización' del mercado automovilístico parece que no tiene fin. El Salón del Automóvil de Ginebra que se acaba de inaugurar es una muestra del rumbo imparable de la industria para satisfacer el gusto de los consumidores. Entre los más de 30 todocaminos que se pueden ver por primera vez en Suiza claramente dos grupos: los SUVs con personalidad propia y los todocaminos clónicos.
En el primer grupo, de los SUV con acento propio que se diferencian del resto, destacan los de las marcas asiáticas, que han desbordado a las occidentales en diseño. El exponente más claro en Ginebra es la nueva apuesta de Toyota, el modelo C-HR, con el que quiere profundizar su penetración en el segmento en auge. El vicepresidente comercial de Toyota Europe, Karl Schlicht, aclaraba a los periodistas que se agolpaban en la presentación del modelo en Ginebra: "Este no es un nuevo 'concept'. Es la versión final de producción". Hacía bien en aclararlo porque este SUV tiene un diseño mucho más agresivo que los de otras marcas occidentales que se pueden agrupar entre los que presentan todocaminos clónicos con un aspecto mucho más conservador.
ENCUENTRA LAS DIFERENCIAS ENTRE TIGUAN Y ATECA
Seat ha posiciondo el Ateca (por cierto, un nombre equívoco y poco afortunado en mi opinión) para intentar comer terreno al líder, el Nissan Qashqai, al anunciar que se venderá por debajo de 20.000 euros, justo unos 1.000 menos que el modelo japonés fabricado en el Reino Unido. Seat, al igual que Volkswagen y Skoda, buscan claramente un cliente de gusto más conservador cuando parece que lo que triunfa más es la apuesta atrevida de Nissan con el Qashqai y el Juke y la de Hyundai y Kia a la que se une ahora el C-HR de Toyota. Clónicos versus innovadores.
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