La fábrica de Seat en Martorell lo ha hecho tan bien produciendo el Audi Q3...que se lo acaban de quitar. A cambio, le dan a Martorell el coche pequeño de Audi, el A1, que se hacía en Bruselas, que se especializará en vehículo eléctrico de alta gama. La solución al puzle de asignaciones de modelos del grupo Volkswagen es difícil de entender por el contexto complicado de la compañía y porque apea a Martorell del segmento más exitoso actualmente, el de los SUV (Sport Utility Vehicle).
La planta catalana va camino de especializarse en la producción de utilitarios porque entre el Ibiza y el Audi A1, que compartirán nueva plataforma modular, sumarán alrededor de dos tercios del volumen total a partir del 2018, que también incluirá el León, que comparte plataforma con el Golf y el A3. Si a ese cambio le sumamos Polo que se ensambla en Volkswagen Navarra, da la impresión de que la multinacional alemana quiere convertir a España en un monocultivo en el segmento menos rentable del mercado.
Primer SUV checo de Seat
Una de las grandes asignaturas pendientes de la marca Seat era que sus concesionarios dispusieran de un SUV con el que competir. Eso lo conseguirá a partir de la próxima primavera con su primer todocamino, que se producirá en la planta checa de Skoda de Kvasiny. Desde el punto de vista industrial, la pérdida del Q3 a partir del 2018 dejará a la factoría de Martorell al margen del segmento de mercado con más futuro, con incrementos muy importantes en los últimos años.
¿Tiene sentido dejar una de las fábricas más grandes del grupo fuera de la liga de los SUV? El tiempo lo dirá, pero está claro que el Q3 se ha convertido en el salvavidas de Martorell durante la crisis. Con el anuncio de la deslocalización, los 10.000 trabajadores de la planta húngara de Györ se frotan las manos porque han logrado la producción de un icono masivo de Audi frente a los más selectivos TT y A3 descapotable.
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