Ha
vuelto a suceder. En las últimas semanas antes de que se agotaran las
ayudas públicas del plan Pive, las marcas de coches han explotado
comercialmente el miedo a perder la subvención con campañas que
advertían a los consumidores que el Pive se acaba. Pues como pasó con
los anteriores planes, el Pive no se acaba.
¿Es lícito y ético que los departamentos de marketing de las marcas de coches y sus agencias publicitarias
manipulen de esa manera a los consumidores? En sentido estricto, puede
considerarse publicidad engañosa porque los anuncios se basan en un
espejismo o en una verdad a medias siendo políticamente correctos. Es
cierto que el plan Pive 3 se estaba agotando, pero también es cierto que
los máximos directivos de las marcas sabían que habría Pive 4 y que
Mariano Rajoy cumpliría su palabra.
Al
final, las ventas en octubre serán especialmente altas gracias, entre
otros motivos, al efecto miedo que intentaban inocular los fabricantes
con sus spots. "El Pive se acaba", "los últimos días del Pive 3" o "no dejes
pasar el Pive 3" son algunos de los eslóganes repetidos en los spots de
television, prensa e internet.
Pero
esta práctica comercial tiene poco recorrido. El cuento del pastor
mentiroso se cumple aunque solo sea por cansancio ante la repetición del
aviso de que viene el lobo. Los consumidores se están acostumbrando a
las subvenciones de forma continuada y confían en que, si el Gobierno
deja de darlas, las marcas y concesionarios asumirían esos 1.000 euros.
Porque el principal punto fuerte de los planes Pive consiste en el
efecto generador de confianza y optimismo más que la cantidad económica
que se descuenta al comprador. Un ejemplo: después de apelar al fin del Pive 3, Ford se publicita en su web con el lema de "Pive 3, 4 o Pive 14. Da igual. Ningún Pive supera el Pive de Ford".
Montoro, el hueso duro
Fue significativo el silencio oficial de las asociaciones de empresarios del sector del automóvil (Anfac, Faconauto, Ganvam) en los días previos a que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se diera en baño de popularidad para lavar su fama de hueso duro con la automoción en una jornada convocada por los fabricantes.
A
la espera de conocer los detalles del Pive 4, el Gobierno parece que
optará por fusionar el plan de ayuda a los compradores de turismos con
el Pima Aire para furgonetas y camiones. De los 70 millones que tendrá
el Pive 4, unos 20 provendrán del presupuesto del Pima Aire que todavía
estaba sin gastar. Se trata de un recurso propio de un Gobierno que no
es capaz de dejar atrás la austeritis y que puede ir en detrimento de
los incentivos para reactivar las ventas de vehículos comerciales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario