Los Sport Utility Vehicle (SUV) no son nuevos en el mercado. De hecho surgieron sólo unas décadas después del inicio de la producción en serie de los primeros turismos, como prueba el primer Chevrolet Suburban de 1935 en Estados Unidos. Pero nunca hasta ahora los SUV habían proliferado tanto.
El éxito del Qashqai y las urgencias del marketing debido a la crisis han convertido a los todoterrenos urbanos en una fiebre contagiosa que corre el peligro de empachar al mercado. En el Salón del Automóvil de Ginebra, ocho marcas presentaron nuevos modelos o actualizaciones de los ya existentes con el objetivo de exprimir al máximo un segmento de mercado que aguanta mejor la crisis.
El nuevo Renault Captur que se hará en Valladolid. |
El Chevrolet Trax. CHEVROLET |
Escalada de ventas hasta 2018
Las ventas de SUV compactos han pasado de 130.214 en 2008 en Europa a casi 264.000 en 2012, con lo que la cuota de mercado ha crecido del 0,7% al 2%. Chevrolet considera que "no parece que vaya a bajar el ritmo, todo apunta a que los SUV compactos seguirán ampliando su cuota de mercado" y en el 2018 las ventas se podrían duplicar y alcanzar un 2,8% de todas las matriculaciones.
Estas previsiones y la realidad que se aprecia en la calle es la de una tendencia a una suvización del mercado que por ahora no parece tener fin. Sin embargo, existe el riesgo de quemar la fórmula de éxito introducida por el Qashqai, una apuesta que en su día fue muy arriesgada pero que se ha demostrado muy acertada y que se ha convertido en la envidia de las marcas competidoras y en un caso digno de estudio en las escuelas de negocios y de marketing.
Ante el peligro de sufrir un atracón de SUV, las marcas han empezado ya a experimentar con la tendencia a la hibrización de más categorías adyacentes como las de los crossover, modelos derivados de turismos con aptitudes de todoterreno o la mezcla de monovolúmenes con crossover o SUV. Casi todo es posible si el mercado lo acepta.
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