En medio año, las vías de pago se han encarecido, con la ocultación y alevosía que da el BOE, una media del 13,5% cuando la inflación del año pasado rondó el 3%. Un 7,5% en julio, otro 3% por el IVA en septiembre y un 3% en enero.
Autopista de peaje. ASETA |
En contraposición, en los meses previos, las autopistas principales del país, de titularidad estatal, sufrieron un retroceso del tráfico diario del 9% hasta una intensidad media diaria de 23.290 vehículos, la cifra más baja en ese mes desde 1996.
Las nuevas subidas únicamente agravarán todavía más el círculo vicioso y la distancia con otros países vecinos. En Francia, recorrer los 588 kilómetros entre Burdeos y París cuesta una media de siete céntimos por kilómetro y en Portugal, la autopista más larga tiene un precio de medio de cuatro céntimos. En España hay tramos en los que se pagan 12 céntimos por kilómetro.
Pero las empresas concesionarias, controladas por grandes grupos constructores o financieros, no parecen estar nerviosas. La debilidad de los gobiernos central y autonómicos pacer frente a una eventual nacionalización de las vías de gestión privada han dado alas a esas compañías, que no perdonan ni un céntimo.
Tal como se encarga de subrayar la Asociación de Empresas Concesionarias (Aseta), el servicio y la calidad de las infraestructuras es importante y tiene un precio. De acuerdo, pero en lugar de llevar a cabo campañas comerciales para captar a automovilistas, como cualquier empresa que quiere vender su producto, viven a la sombra de la Administración. Al final, nunca pierden porque, cuando las cosas se tuercen, hacen valer que gestionan un servicio público y piden su rescate con fondos públicos.
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