La industria automovilística alemana ha apretado el acelerador para que su voz llegue a los despachos de la Comisión Europea en Bruselas. La crisis es nuevamente la excusa para proponer una corrección en los exigentes objetivos de reducción de CO2 previstos para el 2020.
El dicho de hecha la ley, hecha la trampa tiene también su traslación en Alemania. La trampa en este caso consiste en abrir más la puerta a las excepciones que establecía la Comisión Europea. Aunque se mantendría el objetivo de pasar de la media de 137 gramos de CO2 de la flota producida en el 2011 en Europa a sólo 95 gramos en el 2020, las marcas tendrían más manga ancha para rebasarlo si fabrican más vehículos eléctricos, híbridos o de hidrógeno.
La patronal de fabricantes de automóviles de Alemania (VDA) ha planteado una fórmula para incrementar el potencial de los llamados supercréditos, que ahora permiten vender 1,3 coches por encima de los objetivos de CO2 aunque con un tope de 20.000 por cada vehículo con menos de 35 gramos. La propuesta de la industria alemana equivale a incrementar en unos 10 gramos el objetivo de 95 para el 2020, según la estimación de Bruselas.
La argumentación de VDA es que el límite de 20.000 coches con más CO2 del autorizado a cambio de vender 15.384 vehículos eléctricos, híbridos o de hidrógeno es "demasiado bajo" para los grandes productores europeos. La propuesta ha encontrado la receptividad de la Comisión, pero choca frontalmente con las reclamaciones de organizaciones ecologistas como Greenpeace que piden la eliminación de los supercréditos para que las marcas se ciñan al objetivo estricto de emisiones.
La consecución de los 95 gramos en el 2020 es un listón muy exigente que supone una rebaja de las emisiones medias del 30% respecto al 2011. En España, el 36,8% de los turismos vendidos este año están por debajo de los 120 gramos de CO2, el objetivo para el 2015.
Actualmente, las principales marcas tienen en el mercado modelos con motor diesel y emisiones ligeramente por debajo de 100 gramos. Pero, ¿podrá la mejora de la eficiencia conseguir una reducción de emisiones como la que exige la UE? La alternativa es el impulso de las ventas de coches eléctricos e híbridos, que choca con una demanda en retroceso en Europa que sigue valorando el precio de compra del vehículo y otros aspectos como el equipamiento.
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