El principal lobby de la industria española se ha reestructurado. La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) ha dejado atrás un modelo presidencialista y ha optado por otro más profesionalizado en el que el vicepresidente, Mario Armero, tendrá prácticamente plenos poderes.
García Sanz, Armero y Machado. FOTO: ANFAC |
La contrapartida es que la presidencia de ANFAC pasará a tener un perfil más bajo a partir de ahora debido a que pierde atribuciones y tendrá un mandato rotatorio limitado a un año. José Manuel Machado, presdiente de Ford España y uno de los veteranos del sector en España, será el primer presidente de la nueva era de ANFAC. En las negociaciones con el Gobierno, Armero no podrá tener, por bien que haga su trabajo, la misma influencia que un alto directivo de un grupo automovilístico que representa directamente a accionistas, fábricas y empleos.
Uno de los motivos que han influido en la reestructuración ha sido la constatación de las distorsiones que creaba en la organización las limitaciones en la dedicación del hasta ahora presidente, el miembro de la dirección de Volkswagen y presidente del consejo de administración de Seat, Francisco Javier García Sanz. Aunque recurría con frecuencia al avión privado de Volkswagen que le permitía desplazarse de Wolfsburg a Madrid en unas dos horas, su presencia en la sede de ANFAC fue más reducida en comparación con anteriores presidentes que tenían su sede en Madrid.
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