Los primeras espadas de las
multinacionales del sector de la automoción con fábricas en España
han justificado su interés por el país por la devaluación interna
y también por la flexibilidad conseguida en sus plantillas. La
devaluación ya es un hecho con dobles escalas generalizadas que
permiten contratar con un ahorro comprendido entre un 20% y un 30%.
La tan elogiada y criticada flexibilidad laboral también empieza a
notarse con una estrategia just in time aplicada al terreno
laboral calcada de la que se implantó en los suministros de los
proveedores hace décadas.
El último ejemplo lo ha dado Seat,
cuyo presidente, Jürgen Stackmann, elogiaba el valor de la
flexibilidad laboral en una reciente entrevista en El Periódico. La
firma ha llevado a cabo varios cambios de rumbo en cuestión de pocos
meses para adaptar su capacidad y estructura a las fluctuaciones de
la demanda. En septiembre pasado empezó a aplicar un expediente de
regulación de empleo (ERE) temporal que suponía, sobre el papel,
enviar a casa a unos 500 empleados y parar las líneas de producción
durante varios días hasta este año. Poco después de empezar a
aplicar el ERE, se comprobó que los diseñadores del mismose habían
pasado de frenada porque la cifra de empleados afectados se fue
reduciendo hasta languidecer en nivel simbolico y, finalmente, su
retirada al constatar que era innecesario.
Unas semanas después, la dirección de
Seat presentó un ERE para despedir a 300 empleados de oficina que
finalmente concluyó con un pacto para unas 200 prejubilaciones. Y
acto seguido, la filial de Volkswagen opta por encargar a una ETT la
contratación de 450 empleados para cubrir un semiturno nocturno con
el que hará frente a un aumento de pedidos del modelo León. ¿Cuál
será el siguiente paso?
El resto de marcas tambien exprimen al
máximo las posibilidades de flexibilidad de contratación y de mover
jornadas de trabajo para adaptarse just in time al ritmo de sus
concesionarios. En la fábrica de Nissan de Barcelona, unos 300
jóvenes se han incorporado a otro semiturno con un horizonte
temporal de unos meses cuya continuidad dependerá de las ventas de
los modelos que produce.
Previsiones poco fiables
Otras fábricas de marcas que han decidido invertir en España han iniciado las contrataciones para producir los nuevos modelos asignados, como Ford en Almussafes, que prevé llegar a la velocidad de crucero a final de este año o principios de 2015.
A falta de previsiones más acertadas o
estables y de un mercado más boyante, esa flexibilidad laboral se ha
convertido en un factor esencial para los fabricantes, que tienen la
capacidad de aumentar o rducir plantilla sin pillarse los dedos. El
precio son trabajos temporales en un sector que históricamente se ha
caracterizado por la estabilidad de su mano de obra. Un veterano
directivo del sector como Juan Llorens, expresidente de Seat en los
años duros de inicio de los 90, definió gráficamente su objetivo:
“Queremos una fábrica que respire”. Finalmente, sus sucesores lo
han conseguido.
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