La lectura de los datos de matriculaciones de vehículos en marzo en Alemania se parecen cada vez más a los de España. El símbolo negativo está delante de casi todas las marcas y segmentos de mercado con guarismos contundentes. Un ejemplo: las ventas de coches pequeños descendieron un 25%, con un fuerte castigo para el Volkswagen Polo, que se desplomó un 37% aunque conserva el liderazgo.
Los oasis en este desierto fueron los monovolúmenes compactos y berlinas de lujo, que solo descendieron un 3%, y los utilitarios, que se vendieron un 3,6% menos. Entre los modelos claramente ganadores se encuentran el Fiat 500, con un incremento del 42% y 2.600 unidades, el Hyundai I10, el Renault Twingo y el Skoda Citigo. En el ámbito de los monovolúmenes compactos, destaca especialmente el éxito del Seat León -clasificado en Alemania como la familia Altea-León-, con un incremento del 97%.
En el segmento de los turismos compactos más vendidos, destaca la explosión del 318% del Peugeot 208 gracias al lanzamiento de la nueva generación.
Los alemanes dominan su mercado
La reacción de la patronal alemana de fabricantes (VDA) ha sido la de quitar hierro al mal dato de marzo argumentando que se debió, en parte, a que hubo dos días hábiles menos que en el mismo mes del 2012. Las previsiones de la VDA son que se producirá una estabilización en los próximos meses tras un descenso acumulado en el primer trimestre del 13%.El consuelo que queda a los fabricantes alemanes es que ha aumentado su cuota de mercado hasta lograr un apabullante 70% gracias a que han sufrido un descenso de sus ventas del 15% frente a un 22% de las importaciones.
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