En los últimos años, los fabricantes occidentales de automóviles han encontrado en China su particular El Dorado. Algunos como Volkswagen, uno de los veteranos en el país asiático, han amasado verdaderas fortunas en forma de beneficios récord que se duplican de un año para otro. Y la fortuna llama a otras marcas y anima las inversiones en capacidad productiva en China.
Ivan Hodac, secretario general de la patronal europea ACEA, en una reunión con los fabricantes chinos. FOTO: CAAM |
La estimación tiene relación directa con el enfriamiento de la economía china, con un crecimiento del 7,6%, el más bajo de los últimos tres años, y con la desaparición de un plan de incentivos a la compra de utilitarios. Entre enero y mayo, se vendieron en el gigante asiático 6,4 millones de coches, un 5,4% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, según la patronal CAAM, lo cual indicaría que en la segunda mitad del 2012 se reducirá todavía más el ritmo de compras.
La incógnita es saber si el Gobierno chino se resignará a la pérdida de fuelle o bien tomará alguna medida como un nuevo plan de incentivos al achatarramiento y cambio de coche, como esperan en el sector de la automoción. Desde Europa, no solo hay presión para poner en marcha un plan de ayudas en el viejo continente, sino también en China, el primer mercado para muchas marcas.
En estos momentos, hay mucha dependencia de los clientes chinos para muchos fabricantes europeos. En cambio, este año las ventas en EEUU crecerán de 12,5 millones de coches en el 2011 a 13,8 este año, según MSI, con lo que es posible que el país norteamericano recupere el primer puesto en el ranking mundial de bentas. Sin embargo, para alivio de las marcas occidentales, el yacimiento chino volverá a crecer a buen ritmo en el 2013, cuando se volverán a superar los 13,2 millones.
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