En el terreno de juego del estadio de San Siro en Milán en la final de la Champions no solo estarán los 22 jugadores del Real Madrid y el Atlético de Madrid. En Milán también jugarán la final las marcas patrocinadoras de los equipos y de la competición: Audi, Volkswagen y Nissan.
Volkswagen confía en los hombres del Cholo Simeone, de los que es sponsor en un contrato renovado por cuarto año consecutivo antes de que estallara el dieselgate y que quizá ahora hubiera sido revisado dentro del plan de reducir algunos gastos. Audi sigue ligada al Real Madrid como proveedor de vehículos para Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y el resto de jugadores del club que preside Florentino Pérez, aunque con frecuencia los futbolistas traicionan a la marca subiéndose a otros vehículos.
Por tanto, parece claro que la Champions la ganará el grupo automovilístico alemán, ya sea con Audi o con la marca Volkswagen, a pesar de que el Bayern de Munich de Pep Guardiola quedó eliminado en semifinales.
Pero el grupo Volkswagen tiene perdida la batalla del protagonismo en la final de la Champions, en la que Nissan tiene asegurado un espacio importante gracias a un contrato millonario de patrocinio con la UEFA. Por tanto, la competición de la Champions será también la lucha entre la alianza Renault-Nissan, que presumen de ser líderes de la incipiente electromovilidad, con el estigmatizado Volkswagen, que intenta salir del pozo en el que el propio grupo ha caído por el fraude de las emisiones de los motores diésel. Resulta curioso ver a estos patrocinadores en una competición que pregona el juego limpio.
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