El Salón de Barcelona supera en visitantes al de Ginebra. ¿Ganará también a Frankfurt?

El Salón del Automóvil de Barcelona ha pasado las semifinales y este fin de semana disputa la final de la Champions de los motor shows europeos. Con los más de 700.000 visitantes registrados en la edición anterior de 2013, la muestra de la capital catalana superó a la de Ginebra. ¿Logrará este fin de semana rebasar al Salón de Frankfurt, con más de 900.000 personas?

En sus mejores años, por el recinto ferial de Barcelona pasaron más de un millón de visitantes y llegó a superar incluso al de París, que es ahora el más concurrido. Este fin de semana es para Barcelona una final en la que si no consigue mejorar la rentabilidad para las marcas presentes puede sufrir un descenso de categoría con la amenaza del fantasma del Salón de Madrid, que los fabricantes dejaron caer al nivel de una feria de muestras de concesionarios.

Vamos que sorteo 2 entradas del salón del automóvil de Barcelona a quien haga RT!! pic.twitter.com/BKqBG9eBNP

— Motor fans (@fandemotor) Mayo 11, 2015

Para garantizar los visitantes, el volumen de invitaciones ha sido nuevamente elevado, como en anteriores ediciones. Un vistazo las redes sociales muestra la proliferación de sorteos, regalos y promociones que ofrecen entradas gratis al salón por parte de concesionarios, revistas... Y como en ediciones anteriores, las dos marcas con sede en Catalunya, Seat y Nissan, han distribuido invitaciones entre sus plantillas, que suman alrededor de 20.000 empleados y sus familias que durante estos días habrán pasado por la feria. Quizá no son clientes potenciales, pero sí ayudan a engordar el volumen de visitantes.

El balance final del salón se medirá también en las cifras de ventas apalabradas durante el salón, que en las semanas posteriores se transforman en matriculaciones que suelen incrementar el registro en la provincia de Barcelona. Con la batalla de las primicias y novedades perdida frente a Ginebra, París y Frankfurt, a Barcelona y otros salones que han resucitado como Londres y Amsterdam sólo les queda competir en número de visitantes y en ventas propiciadas en los estands.