Los fabricantes europeos de vehículos, al igual que el resto de la industria, han recibido un regalo inesperado: el euro ha reducido su cotización frente al dólar en más de un 20% hasta situarse ligeramente por encima de la paridad con la moneda estadounidense. Eso hace que la industria europea haya ganado más de un 20% de competitividad al haberse abaratado los coches manufacturados que se destinan a la exportación.
Una vez superado el coste del transporte en barco y los aranceles, ahora sale más a cuenta vender en un mercado que registra un fuerte crecimiento del 9% durante los dos primeros meses de este año. Los productores europeos colocaron en EEUU casi un millón de turismos en el 2014 (983.161), lo que supone un crecimiento del 3,5%, con un volumen de negocio de 29.435 millones de euros, según los datos de la patronal Acea. Eso convierte Norteamérica en el primer destino de las exportaciones eropeas.
La industria europea tiene la ocasión de mejorar su penetración en Estados Unidos aprovechando también el giro de los consumidores norteamericanos hacia modelos más europeizados, aunque el más vendido continúa siendo la pick up F-150 de Ford. De igual forma que las fábricas norteamericanas intentan vender en Europa sus modelos estrella, como el Mustang, como se pudo ver en el Salón de Ginebra.
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