El milagro del resurgir de la industria del automóvil española tiene explicación. Se llama competitividad y se basa en la mejora de la flexibilidad interna en las fábricas para adaptar la producción a las necesidades del mercado. La Asociación de Fabricantes de Automóviles (Anfac) elogia la "eficacia" de las medidas pactadas con los sindicatos, que ha sido una de las claves de la recuperación de la industria hasta el nivel anterior al inicio abrupto de la crisis con el desplome del consumo.
"Las medidas de flexibilización laboral puestas en práctica por la industria del automóvil mediante expedientes de regulación de empleo suspensivos (ERTE’s) y bolsas de horas (flexibilidad interna), continúan siendo una herramienta altamente eficaz para mantener la competitividad de los fabricantes, consiguiendo conservar la productividad de las fábricas españolas de vehículos en niveles similares a los previos a la crisis económica". El diagnóstico forma parte del último estudio de Anfac Research dedicado al ámbito laboral y su relación con la producción.
El aumento de la producción del 10% en el 2013 y otro incremento similar previsto para este año permitirán que el empleo y los índices de productividad y de utilización de la capacidad de las fábricas hayan vuelto al nivel de 2008.
La afirmación de la patronal del sector es una constatación de justicia del papel de los trabajadores y los sindicatos por su realismo y pragmatismo a la hora de adaptar las condiciones de trabajo a un nuevo marco laboral y económico. Y ello a pesar del empeño de algunos en perseguirlos con un estilo de lo más thatcherista y oportunista. Por ello es digno de elogio que algunos directivos de alto nivel de las multinacionales, como el vicepresidente de producción de Renault, José Vicente de los Mozos, dejen claro que la mejora industrial de España se debe, entre otros factores, al papel de los sindicatos.
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