En casa del austero, subidón salarial. En las últimas semanas, los directivos de Volkswagen iban pidiendo moderación salarial a IG Metall, el sindicato que representa a sus 100.000 trabajadores en Alemania, con el argumento de que las ventas están cayendo en casi toda Europa, incluyendo el país germano. Esa moderación salarial se ha transformado en un incremento de las nóminas del 5,6% desde julio de 2013 hasta 2015 que se suma a un 4,3% en el ejercicio anterior.
En total, los sueldos de los trabajadores de Volkswagen en Alemania habrán subido un 9,9% en tres años más las correspondientes pagas de beneficios, que el año pasado supuso un aguinaldo de 7.200 euros por barba.
En cambio, la inflación en Alemania fue del 2,1% en 2012 y del 1,9% de media anual hasta abril de 2013. En el supuesto de que el IPC acabe este año en el 2%, algo cada vez más difícil debido a la desaceleración económica, y en otro 2% en 2015, la inflación acumulada en tres años rondaría el 6% frente a un incremento de los sueldos en la matriz alemana de Volkswagen de casi el 10% más unas pagas de beneficios que, si igualan la de 2012 gracias a las ganancias récord del grupo en todo el mundo, darían una cantidad total de 21.600 euros.
Como comentaba un sindicalista del grupo en España, "ya nos gustaría a nosotros pillar algo de esas subidas y mejoras de poder adquisitivo". Los 15.000 empleados de Seat y sus filiales se tienen que conformar con igualar la inflación, que es mucho en los tiempos de austeridad impuesta por Merkel y sus mariachis, y con aspirar a una paga equivalente al 0,5% de subida si los resultados en España mejoran espectacularmente.
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| El presidente de VW, Martin Winterkorn, habla a los accionistas. VW |
Alemania cosecha los réditos de China
En cambio, los trabajadores de Volkswagen en Alemania se benefician de la marcha del grupo en todo el mundo, con lo cual pueden cosechar los réditos de la mejora de las ventas y de los márgenes comerciales gracias a la contribución de sus colegas chinos, norteamericanos y latinoamericanos.
El subidón conseguido por IG Metall es digno de un ¡Bravo! o un ¡Olé! de campeonato. Pero son un ejemplo difícil de seguir por el resto de mortales con mucho menos poder dentro de sus empresas y con un contexto mucho más duro como consecuencia de la doble o triple velocidad de Europa también en el terreno laboral. El único consuelo que puede quedar a los empleados de las fábricas de coches de España es que el 9,9% en tres años aplicado a los sueldos alemanes combinado con los recortes aquí será una nueva inyección de competitividad para el made in Spain.
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