¿Y
en Martorell qué hacen? En los últimos años han entrado en el
patrocinio del fútbol a través de un contrato de dudosa efectividad con
la Europa League, la Supercopa española y acuerdos concretos con el
Athletic, el Betis, el Zaragoza, el Sevilla y el Valencia. El paso
siguiente y natural era asociar su imagen al exitoso equipo español,
admirado en todo el mundo por su estilo de juego made in Barça.
La
coincidencia del final del contrato de Chevrolet tras cosechar el
ascenso de los chicos de Del Bosque y la conclusión del patrocinio de la
Europa League era el momento adecuado pero el equipo comercial de Paul
Sevin lo ha desaprovechado. Habían puesto el ojo en el patrocinio pero
la difícil situación económica de Seat, el encarecimiento del caché y el
interés de Nissan han hecho que la Federación Española de Fútbol se
haya decantado por la firma japonesa.
Para
Seat, que ha descendido a la tercera posición del mercado español, era una buena oportunidad para recuperar el liderazgo que le
arrebató Volkswagen en España, un país del que dependen un 20% de sus
ventas, y de mostrar su origen español en los otros mercados en los que
está presente. Es la alternativa más neutra políticamente frente a la
alternativa de esponsorizar un o de los grandes equipos: ¿el Madrid o el
Barcelona? ¿O ambos como hace Audi?
Para
Nissan está claro que es una oportunidad de implementar su ambicioso
plan de crecimiento en España, donde ha experimentado una gran mejora de
su cuota de mercado, situada ahora en un 5%, gracias al Qashqai. La foto del domingo del director general de Nissan Iberia, Manuel de la Guardia, es el primer paso para asociar los coches eléctricos de la marca al juego limpio de Xavi,
Iniesta, Villa, Torres, Casillas y el resto de chicos de oro.
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