Los coches de hidrógeno relegan los eléctricos a un rincón

Los coches eléctricos han pasado con discreción por el Salón del Automóvil de Ginebra. Casi como la propia energía eléctrica, que no es visible. Hay pocos cargadores de vehículos eléctricos y están confinados en un corner en los estands de algunas marcas. En cambio el hidrógeno ha emergido con luz propia como una alternativa de futuro.

Como si el sector sufriera un cierto desgaste o fatiga después de centrar la atención en los coches eléctricos como bandera de progreso y de responsabilidad social y ecológica, la electromovilidad ha quedado relegada en esta edición del Salón de Ginebra a un asunto de segundo orden en las prioridades de los directivos y en los espacios que ocupan en el principal escaparate de la automoción en Europa. Ha sido difícil encontrar los coches eléctricos y los que había eran viejos conocidos al no haber grandes novedades.

El rincón de los eléctricos de BMW.

En BMW, el i3 y el i8 ocupan un discreto rincón del estand de la marca alemana. En Nissan, también cuesta encontrar el Leaf, la principal apuesta eléctrica de la japonesa, y en Renault sucede lo mismo con el Zoe o el Twizy. 

En cambio, Toyota ha dado un papel protagonista al Mirai con espacio relevante, al igual que Honda con su tecnología de pila de combustible. Pero el abanderado de la electromovilidad, el presidente de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, advirtió de que el hidrógeno es únicamente una opción de futuro, pero no para el presente. 

En medio de las marcas generalistas, los coches y los empleados casual de Tesla atraían las miradas de los periodistas y de los directivos del sector, que ven a la compañía de Elon Musk como experimento que ha chocado con la realidad.