La marca filial de Ford construyó el vehículo en 1961 y lo entregó a la Casa Blanca en junio de ese año con un contrato de leasing por 500 dólares al año a pesar de que el coste estimado de fabricación rondó los 200.000 dólares. JFK y el servicio secreto se relajaron y decidieron bajar la capota en las calles de Dallas, lo que dejó vía libre al o a los francotiradores.
El servicio secreto de la Casa Blanca encargó,tras varias semanas con el vehículo requisado como prueba, una reforma en profundidad del vehículo que incluía la instalación de un techo fijo con una parte transparente, un refuerzo de la potencia del motor y una mejora de las comunicaciones. La factura subió a medio millón de dólares que pagaron Ford, algunos de sus proveedores y el Gobierno federal.
Los modelos de Lincoln se siguieron utilizando por la Casa Blanca hasta George Bush padre. Entonces empezó un cambio hacia General Motors con su marca Cadillac, el modelo que tiene Obama.
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